Persona amable y proactiva:
En el juego de la vida tu actitud te define y para mi la proactividad
es una actitud vital fundamental a la hora de ejercer el liderazgo
personal y por tanto clave a la hora de alcanzar el éxito en nuestra
vida. La proactividad es una actitud en la que la persona asume el pleno control de su conducta vital de modo activo.
De esta forma, toma la iniciativa en el desarrollo de acciones
creativas para mejorar su vida. La proactividad no implica sólo tomar la
iniciativa, también supone asumir la responsabilidad de hacer que las
cosas sucedan, decidiendo a cada momento qué hacer y cómo hacerlo.
La responsabilidad es la
capacidad de elegir libremente nuestra respuesta y reconocer que somos
la fuente de todo lo que nos sucede en la vida. No podemos responsabilizarnos de absolutamente todo lo que nos pasa, porque hay cosas que no podemos evitar, pero de lo que somos 100% libres es de elegir la respuesta que queremos dar en cada situación. Si postergamos esperando que un evento externo ocurra y desemboque en el inicio de la acción, damos poder a lo externo.
Dos personas que trabajan en un mismo
entorno laboral, con responsabilidades idénticas y bajo las mismas
circunstancias, pueden realizar su trabajo de maneras muy distintas. Una
cuestiona la manera habitual de trabajar si no obtiene los resultados
deseados, emprende constantemente nuevas acciones y genera cambios
constructivos en su entorno. La otra se conforma con su situación actual
y no hace nada para cambiar lo que no funciona o se queja
constantemente de su situación o suerte. La primera persona se comporta
de forma proactiva, la segunda, lo hace de forma reactiva.
Y esta actitud que subyace en el trabajo
es igual en otros ámbitos de la vida. Desde mi convencimiento somos
responsables de gestionar nuestras propias vidas y no podemos quedarnos
sentados esperando que alguien venga a rescatarnos o a ofrecernos lo que
deseamos de nuestras vidas. No es práctico quedarse anclado en la queja si lo que deseamos es cambiar nuestra situación actual. No nos engañemos atribuyendo la responsabilidad de nuestros problemas únicamente a causas externas o a la presión del entorno.
La persona proactiva no espera a
que los demás tomen decisiones por ella, actúa con determinación
anticipándose a los problemas y crea constantemente nuevas
oportunidades. Tenemos la responsabilidad de escoger nuestras
propias respuestas ante lo que nos ocurre y de dirigir la acción de una
manera inteligente. Para tener éxito es preciso tener iniciativa y saber
hacer frente a la incertidumbre.
Por ejemplo, ante la pérdida de empleo
hay personas que caen en la depresión, en cambio, otras aprovechan
para buscar opciones como por ejemplo montar un negocio propio y
triunfar.
En la vida aparecen dificultades
periódicamente. El problema no es que las dificultades aparezcan sino
que las mismas tengan el poder de detener nuestro progreso. Las personas
que se sienten paralizadas y estancadas, viven su vida como si fueran
“víctimas” de todo lo que les pasa. Hacernos víctimas es la mejor manera
de hacer que nuestros problemas y dificultades se hagan permanentes.
A primera vista, la posición de victima
es atractiva ya que dado que somos inocentes, no se nos puede culpar.
Pensamos que circunstancias fuera de nuestro control nos llevaron a
estas situaciones. Pero si somos completamente inocentes, y no parte del
“problema”, ¿cuándo conseguiremos lo que queremos? Como dice Freddy
Kofman es su genial conferencia de sobre este tema y que te invito a escuchar “Si no somos parte del problema no podemos ser parte de la solución. Y por tanto no tenemos poder para influir en los resultados“
El modo en el que nos enfrentamos a las dificultades es lo que marca la diferencia.
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