martes, 8 de octubre de 2013

Vivimos demasiado pendientes de los demás

Buenos días, ultimamente no escribo tanto en el blog, eso no quiere decir nada, simplemente, que no escribo tanto. La reflexión de hoy es sobre, la importancia que le damos a los demás en nuestra vida, el grado de responsabilidad que le damos en ella, es como si los demás fuesen los grandes culpables, de lo que nos sucede, cosa fácil, mientras otro es culpable yo no asumo mi responsabilidad, cuando la responsabilidad de mi vida ES MIA. Si no soy féliz tengo que encontrar el porqué, y cambiarlo. No se trata de que me quieran más o me quieran menos, sino de como me quiero yo, de como me siento yo, de cual es mi actitud ante los contratiempos, de como afronto y enfrento mi vida. Si siempre estamos criticando, exigiendo al otro, si el otro es un individuo sano y adulto se irá de nuestra vida, harto de nuestros chantajes, de nuestra manipulación infantil. Leo cosas en las redes sociales del tipo: yo que siempre me preocupo por todo, los que nunca me han querido, con lo que yo he echo por tí, tendrías y deberías que son muestra de un pensamiento irracional, radical y anulante, en lugar de mirar tanto hacía fuera, estar tan pendiente del otro, hasta agotarse y agotarlo dirigamos el centro de nuestra mirada a nosotros mismos, seamos adultos, conscientes, aceptemonos, aceptemos, demonos amor, y cambiemos la critica por el elogio, veamos la virtud y no el defecto, pues todo eso que no me gusta de tí es lo que no he aceptado en mi, ya que somos espejos unos de otros. Centremonos y si es necesario busquemos ayuda, la vida es sólo una, no la desperdiciemos, avancemos y crezcamos.

El proceso de la elección
Los valores están situados en la dimensión intelectual de nuestra conciencia e influyen directamente en la selección de pensamientos que vamos a sustentar. El nivel en el que hayamos reflexionado y desarrollado nuestros valores determina nuestro poder de controlar la corriente de pensamientos que surge en respuesta a los estímulos externos.

Es esencial reafirmarnos internamente como un ser fundamentalmente positivo y que tiene una capacidad de decidir lo que piensa, dice y hace. Tenemos la capacidad de escoger una respuesta constructiva o negativa.

¿Cómo hace elecciones una persona? Diversos factores limitan nuestra capacidad de elegir libremente. Estos factores son limitaciones que vienen de hábitos existentes y de las influencias de las personas y dominan nuestros pensamientos, actitudes, etc. También nos limita la influencia de nuestros propios miedos, deseos, y falta de claridad. Cuanto más practicamos el pensamiento positivo y la meditación, más nos liberamos de estos factores limitadores.

¿Qué influencias son las que nos dominan de una forma u otra? Muchas personas no están acostumbradas a pensar por sí mismas, e incluso prefieren seguir lo que piensan los demás. Requiere dar un paso de coraje el sentarnos tranquilamente, pensar en las opciones éticas que tenemos frente a nosotros, evaluarlas considerando todas sus implicaciones y tomar una decisión. A medida que pasamos por la infancia y la juventud adquirimos preconceptos de nuestro entorno social. De esta forma llegamos al punto de creer que algunas cosas son siempre positivas y otras son siempre negativas, cuando de hecho puede que sean neutrales. El aspecto de bueno o malo no es inherente a nada, sino que es nuestro pensamiento lo que lo vuelve beneficioso o perjudicial. El clásico ejemplo sería: “¿Está el vaso medio lleno o medio vacío?”.

Tenemos la opción de posicionarnos ante las situaciones de la vida desde un estado de contentamiento, alegría, calma, coraje y libres de preocupaciones o bien desde una actitud de queja, críticas, descuido, confusión, agresividad y cobardía. Dependiendo de nuestro posicionamiento interno así serán los pensamientos, la perspectiva, la visión y las elecciones que hagamos.

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