miércoles, 5 de marzo de 2014

Creatividad y resilencia

La creatividad como pilar de la resiliencia, implica la posibilidad de hacer flexible la propia conducta, aceptar que en la vida no todo es blanco o negro y tolerar las paradojas.
En la medida que recuperamos la capacidad creadora de una persona, le damos potenciales para hacer frente a las posibles dificultades, y elaboramos aquellas marcas emocionales antiguas que quedan como lastres que nos impiden llevar a cabo nuestros deseos.
Cuando recuperamos recuerdos inconscientes, situaciones traumáticas antiguas o recientes, la personalidad se enriquece, trabajamos con el yo de la persona, su sí mismo. De aquí resulta una mejor autoestima, un mayor autoconocimiento, autodominio y sentimiento de intergración.

Y ¿cómo es una persona creativa? 

La creatividad puede ser definida como la capacidad de llegar a nuevas ideas que sirvan a un propósito determinado. Por tanto, esta habilidad es una de las fuentes más importantes de renovación. Por otra parte, la creatividad contribuye a la innovación, así como a la mejora de la vida laboral, el comercio y la industria.

No es de extrañar, por tanto, que los responsables de organizaciones y compañías busquen empleados creativos para áreas en las que esta capacidad resulta esencial para alcanzar propuestas de nuevos productos y servicios o formas innovadoras de hacer las cosas.

Pero, ¿en qué se caracterizan las personalidades creativas? El investigador L. Øyvind Martinsen, de la Norwegian Business School (BI), ha llevado a cabo un estudio para elaborar un perfil de este tipo de personalidades: ¿Qué rasgos las definen?

En su investigación, Martinsen analizó a 481 personas de orígenes diversos, y aptitudes más o menos creativas. Uno de los subgrupos del conjunto de participantes lo constituyeron 69 artistas que desarrollaban su labor como actores o como músicos de una orquesta sinfónica.

El segundo subgrupo lo compusieron 48 estudiantes de marketing; y el resto de los voluntarios fueron administradores, profesores y estudiantes de programas menos asociados a la creatividad que el marketing.

El investigador determinó los rasgos de creatividad de la personalidad de todos los participantes, y probó las habilidades creativas de estos en distintos tipos de tareas, informa la BI en un comunicado.

La creatividad en siete rasgos

De este modo, Martinsen identificó siete rasgos de personalidad esenciales en las personas creativas:

1. Inteligencia conectiva: Estas personas son imaginativas, lúdicas; tienen riqueza de ideas y capacidad de comprometerse; y merman las transiciones entre realidad y ficción.
2. Necesidad de originalidad: Los individuos creativos se resisten a las reglas y convenciones. Además, tienen una actitud de rebeldía debido a su necesidad de hacer cosas que nadie más hace.
3. Motivación: Las personas creativas sienten la necesidad de enfrentarse a tareas difíciles, orientadas a un objetivo, con una actitud innovadora.
4. Ambición: Sienten asimismo la necesidad de influir y de atraer atención y reconocimiento.
5. Flexibilidad: Estas personas cuentan con la capacidad de ver los diferentes aspectos de los problemas y de encontrarles soluciones opcionales.
6. Estabilidad emocional baja: Los individuos creativos son propensos a experimentar emociones negativas, mayores fluctuaciones en los estados de ánimo y emocionales; así como a tener falta de confianza en sí mismos.
7. Bajo sociabilidad: Estas personas tienden a no ser muy consideradas, a ser obstinadas y a encontrar fallos y defectos en las ideas y en otras personas.

Entre estos siete rasgos, la inteligencia conectiva y la flexibilidad serían los factores que más favorecen el pensamiento creativo. "La inteligencia conectiva está ligada al ingenio. La flexibilidad está vinculada a la visión", afirma Martinsen. Las otros cinco características describen inclinaciones emocionales y factores motivacionales que influyen en la creatividad o que despiertan el interés por la creatividad.

Pero "estos siete rasgos de personalidad influyen en el rendimiento creativo a través de la interacción", concluye Martinsen.

Menos sociables

El estudio constató, por otra parte, que los artistas participantes presentaban una orientación conectiva muy superior a la del resto de los voluntarios. Los artistas, además, mostraron una gran necesidad de originalidad y una estabilidad emocional baja.

El perfil de personalidad de los estudiantes de marketing fue muy similar al de los artistas, y también se diferenció del de los demás participantes en el estudio. Por otra parte, los artistas fueron los individuos con valores más bajos de ambición y de sociabilidad.

"Sería conveniente que los empleadores sopesaran los requisitos necesarios para que coexistan la capacidad de cooperar con la necesidad de creatividad", cree Martinsen.

El investigador también hace hincapié en que las personas creativas pueden necesitar ayuda para completar sus proyectos. "La gente creativa no siempre es práctica o está orientada al rendimiento: este sería el reverso de la ‘medalla de la creatividad’ ”.

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