viernes, 30 de agosto de 2013

La doble moral, si yo lo hago está bien, pero como tú lo hagas te cagas

La doble moral, o mejor aún el doble estándar es un criterio aplicado cuando a un individuo o institución se le acusa de ejercer una doble norma en el tratamiento dado a diferentes grupos de personas, es decir, que injustamente permiten más libertad de conducta a un sujeto que a otro. La doble moral es injusta porque viola el principio de justicia conocido como imparcialidad. La imparcialidad es el principio según el cual los mismos criterios se aplican a todas las personas sin parcialidad ni favoritismo. La doble moral viola este principio pues toma en cuenta a las personas según diferentes criterios.
Aunque la doble moral, por lo general, es una práctica que se condena, en la práctica es muy común su empleo. Los esfuerzos para defender una situación en la que se alegue la existencia de una doble moral terminan negando que esta se esté aplicando, o bien, se intenta acabar con la discusión dando una buena razón para el trato diferente.
Por ejemplo, a los niños se les prohíbe realizar actos tales como beber licor y fumar, mientras que a los adultos sí se les permite realizarlos, a pesar de que los motivos para la prohibición a los niños pueden aplicarse sin menoscabo en los adultos: pérdida de la lucidez, trastornos psicológicos, causa de enfermedades en el sistema respiratorio, etc.
Esta forma de tratamiento diferenciador podría catalogarse como una doble moral porque dos grupos sociales son sometidos a criterios morales diferentes. No obstante, si una persona quiere defender el trato desigual puede argüir que existe una buena razón para esta segregación (continuando con el ejemplo): los niños son, inherentemente, menos capaces de asumir actitudes maduras en relación con el fumador. El argumento en contra de esta justificación es que los niños no tienen por qué ser inherentemente menos capaces de tomar buenas decisiones, pues hay personas que son más maduras en su capacidad de tomar decisiones que otras de la misma edad, por consiguiente la edad es un criterio arbitrario.
Por lo tanto, ante la acusación de un trato desigual, lo que se da es una justificación "adecuada" para el tratamiento diferente y no un empeño en eliminar el trato desigual propiamente dicho. Este mecanismo es muy común en los centros de poder, como las religiones y los gobiernos.
Existe una distinción sutil entre la doble moral y la hipocresía. Esta última implica la aceptación de un solo criterio moral, pero su incumplimiento sistemático en la práctica. Un hombre que se arroja el derecho a tener aventuras extramatrimoniales y que le niega este derecho a su esposa, maneja una doble moral; por otro lado, uno que condena el adulterio mientras mantiene a una amante es un hipócrita

Tenemos un extraño concepto de lo que es la justicia, a estas alturas más de uno ya sabreís que la vida no es justa y espero que lo hayaís aceptado, pues sino vivireís subidas de rabia que pueden dejeneran en enfermedades muy serias. ahora bien. ¿Cómo es posible ser muy legalistas para una cosa y nada para otro? Que de enchufes y contactos está el mundo lleno, y que a muchos de nosotros si se nos diese la oportunidad y vista la necesidad nos tragariamos nuestra integridad y aceptariamos, seamos sinceros, es una realidad, ahora bien, que durante tres años en el mismo proceso de selección sea la misma persona la que apruebe y en la parte de entrevista sea exactamente la misma nota pues canta más que el gallo kiriko, ¿no? seamos más sútiles, cambiemos los centimos aunque sea, y coño, ya que no nos vais a coger porque nuestros papis no son electricistas, no nos hagais pagar las fotocopias que van muy caras, os lo mandamos por email y au, lo tirais a la basura y punto no. Ah, espera, que no cumplimos las bases....mmmmmmmmm, claro, claro, ¿no sería más fácil por ahorrarnos tiempo poner a nombre de quién van las bases? Lo mejor es la crítica al otro sin autocrítica, el inútil, incompetente, que está enchufado y llama a otro que también lo está enchufado, !Hostia! no te creas que somos imbéciles. La hipocresia de ser un escaparate de dientes en la sonrisa que no armoniza con los ojos del zorro o zorra, la hipocresia de prodigar causas benéficas que van en beneficio propio porque el único mérito que tienes es ser gorrón, cosa de ricos, que tienen pasta porque lo gorronean todo, hasta el tabaco. La hipocresia de ir de casta o casto cuando la vágina o el pene ya no tiene piel por el uso...en fin, si yo lo hago está bien, pero como lo hagas tu...


La hipocresía es la actitud constante o esporádica de fingir creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades, o estándares que no se tienen o no se siguen. La persona hipócrita finge cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene o experimenta. La hipocresía en si es un tipo de mentira o pantalla de reputación.
La hipocresía puede venir del deseo de esconder de los demás motivos reales, o sentimientos. La hipocresía no es simplemente la inconsistencia entre aquello que se defiende y aquello que se hace.
Es decir, una persona hipócrita, es aquella que pretende que se vea la grandeza y bondad que construye con apariencias sobre si misma, propagándose como ejemplo y pretendiendo o pidiendo que se actúe de la misma forma, además de que se glorifique su accionar, aunque sus fines y logros están alejados a la realidad.
En muchos idiomas, incluido el francés, un hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y verdadera personalidad

No hay comentarios:

Publicar un comentario